Principios para tomar decisiones

Texto bíblico: Génesis 13:1-18

En el Nuevo Testamento, Abraham es considerado el «padre de la fe» (Romanos 4:16, Gálatas 3:7). También es llamado amigo de Dios (Santiago 2:23). Este hombre, para convertirse en el padre de la fe pasó por un proceso en el cual no siempre hizo las cosas de manera correcta.

El pasaje de Génesis 13:1-18 relata el momento en que vuelve del error de irse a Egipto para escapar del hambre. Al volver de Egipto lo encontramos recuperando su identidad, él es el escogido de Dios y necesita hacer cambios que lo ubiquen en la posición que le corresponde.

En nuestras jornadas cometeremos errores. Lo importante es tener la capacidad de volver sobre ellos y realizar los cambios necesarios para ajustarnos a las demandas de Dios. Es en este sentido en que la experiencia de Abraham puede ayudarnos a superar los errores y encaminarnos a la plenitud de los que Dios tiene para nosotros.

Los cambios que realiza Abraham revelan algunos principios que deben regir la toma de decisiones para realizarlos cambios que Dios demanda. Veamos estos principios

Principio #1
La inmutabilidad de Dios (Génesis 13:5-7)

Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) inmutable significa: No mudable, que no puede ni se puede cambiar. Así también, que no siente o no manifiesta alteración del ánimo. Entonces, por la inmutabilidad de Dios entendemos que no hay cambios de parecer en Dios. Lo que él determino como bueno o malo así permanecerá. Lo que demandó alguna vez permanece, su voluntad no cambia con el tiempo ni las circunstancias.

E cambio que realiza Abraham de separarse de su sobrino Lot manifiesta el principio de la inmutabilidad de Dios. Tiempo atrás Dios le ordenó dejar a su parentela, cosa que todavía no realizaba. Es de entender la renuencia de Abraham en separarse de su sobrino. Lot, quien se crió con su tío era el único que podía heredar.

Sin embargo, permanecer con su sobrino le trajo problemas. “Hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot” (Génesis 13:7) Y los conflictos entre estos pastores los debilitaban ante los vecinos hostiles. Este problema se debe a que las demandas de Dios no cambian, Dios es inmutable.

Principio #2
La providencia divina (Génesis 13:9)

La Providencia Divina es el cuidado y gobierno de Dios para con todo el universo y muy particularmente el cuidado especial que Dios tiene de su pueblo. Cuando Abraham tiene que separarse de su sobrino no se preocupa en elegir la mejor tierra, sino en obedecer a Dios. Puesto que Dios le ordenaba separarse de su parentela, la preocupación de Abram está en obedecer. Le deja a la Providencia Divina su futuro económico.

Principio #3
Relación de fe con Dios (Génesis 13:14-18)

Por relación de fe con Dios no me refiero a tener fe en Dios. Tampoco a la fe que salva. Sino a una fe evidente en las decisiones diarias y así también en las decisiones trascendentes. Dios le llama a Abraham a tomar decisiones en base a promesas, de cosas que aún no existen. Le dice Dios: «Levántate y recorre la tierra a lo largo y a lo ancho» esta tierra será de tu descendencia y Abraham obedece aunque ni siquiera tenía hijos.

El relato de Romanos 4 sobre la relación de fe que Abraham tiene con Dios es asombroso:

“Obviamente, la promesa que Dios hizo de dar toda la tierra a Abraham y a sus descendientes no se basaba en la obediencia de Abraham a la ley sino en una relación correcta con Dios, la cual viene por la fe… A eso se refieren las Escrituras cuando citan lo que Dios le dijo: «Te hice padre de muchas naciones»*. Eso sucedió porque Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y crea cosas nuevas de la nada. Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Ésa será la cantidad de descendientes que tendrás». Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara. Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete. Y, debido a su fe, Dios lo consideró justo” (Romanos 4:13-33 NTV).

Preguntas de aplicación:

  1. ¿Hay algo que Dios te demanda y todavía no pudiste hacerlo? ¿Qué es?
  2. Comparte alguna experiencia donde se manifestó la Providencia Divina.
  3. ¿Qué decisiones deberías tomar para tener una relación de fe con Dios?

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