Ajustar nuestras vidas

Texto bíblico: 1 Corintios 10:1-14

La consagración es uno de los ejes temáticos de este año. Los estudios sobre la consagración tienen una premisa: Estar en medio del pueblo de Dios no nos hace acreedores a sus promesas, necesitamos consagrarnos tal y como lo establece la Biblia.

Pablo aplica esta premisa en su propia vida: «sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado» (1 Corintios 9:27). Cuando Pablo dice eliminado, la palabra adokimos en griego, significa reprobado o no aprobado. Tiene en claro el apóstol que a pesar de servir a Dios con tanta intensidad, existía la posibilidad que él mismo pudiera ser desechado por Dios si no se mantenía en la consagración por Dios demandada. Entonces ¿Debemos vivir con miedo a perder la salvación? O, en el contexto de los estudios de este año, ¿debemos vivir con miedo a perder las promesas? De ninguna manera, fiel es Dios para darnos oportunidad para vencer la tentación, pero si debemos ajustar nuestras vidas a la demanda de consagración de Dios.

Precisamente, el pasaje de 1 Corintios 10:1-14 es la ilustración de Pablo a la sentencia final del capítulo nueve, allí ilustra como el pueblo de Israel, que marchaba a la tierra de la promesa, pereció sin alcanzar lo prometido porque no permaneció en consagración. De esta triste ilustración podemos extraer algunas verdades a las que debemos ajustar nuestras vidas para vivir en la consagración demandada por Dios. Veamos estas verdades.

Verdad #1
La experiencia colectiva no es precisamente mi experiencia individual (1 Corintios 10:1-5)

Todos los que salieron de Egipto rumbo a la tierra prometida experimentaron los milagros de Dios: cruzar el mar rojo en seco, alimentarse del maná del cielo y beber del agua de la roca. Sin embargo, eso no significó que todos pudieran disfrutar de las promesas. La mayoría no se consagró y perdió las promesas.

Los milagros y la manifestación de la gloria de Dios eran la respuesta divina a la consagración de Moisés. El pueblo gozó los privilegios de que el líder estuviera consagrado. Pero al momento de las decisiones individuales de nada sirvió la experiencia colectiva. La mayoría sucumbió ante el pecado.

De ahí la importancia del análisis individual. Más allá de lo que Dios haga en los demás, necesito analizar mi consagración individual. Porque delante de Dios no puedo presentar la santidad de los demás como argumento para obtener algo de él.

Verdad #2
El pecado tiene el poder de apartarme de Dios (1 Corintios 10:6-12)

El relato bíblico es por demás claro, la razón por la cual perecieron en el desierto fue el pecado. Los pecados cometidos por los israelitas son: la codicia (1Corintios 10:6, Números 11:4), la idolatría (1 Corintios 10:7, Éxodo 32:6), la fornicación (1 Corintios 10:8, Números 25:1-18), tentar a Dios, es decir atribuirle a Dios un despropósito en lo que hace (1 Corintios 10:9 Números 21:5-6) y la murmuración (1 Corintios 10:10, Números 16:41-49).

Estos pecados pudieran o no ser los nuestros, pero la verdad es que el pecado nos separa de Dios. Y no debemos dar ninguna oportunidad para que esto suceda. El pecado debe ser abandonado en el primer momento que se manifieste en nuestras vidas.

Verdad #3
Responder a la alternativa de Dios me conservará en consagración (1 Corintios 10:13-14)

En el desafío de consagrarnos no estamos solos. Aquel que demanda consagración es el que actúa decididamente para que lo logremos. Dios pone límites a la tentación y cuando la prueba es más difícil de lo que podamos soportar, él mismo abre una puerta de escape.

Es por tanto imposible pecar sin querer. El Espíritu Santo de Dios siempre estará a nuestro lado para ayudarnos a soportar la tentación y también para guiarnos a la salida para huir, cuando soportarla se imposible. Solo debemos rendirnos a su ayuda. Responder a la guía divina.

Preguntas de aplicación:

  1. ¿Qué experiencia puedes mencionar como una señal de que estás comunión con Dios?
  2. ¿Cómo podemos saber si estamos en falta de consagración?
  3. Haz un compromiso para charlar esta semana con alguien que te pueda indicar las debilidades que ve en ti. ¿Con quién lo harás?

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