Limitantes

 

Texto bíblico: Hechos 18:1-18

Cada uno de nosotros somos responsables de llevar a cabo lo que Dios nos puso por delante. Dios nos concedió junto con el talento, la libertad de obedecer o no. Y cada momento debemos tomar decisiones que nos acercan o alejan de la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Es esa libertad, en donde radica una razón de peso para permanecer en la presencia de Dios. Puesto que podemos decidir es crucial que lo hagamos en plena concordancia con los propósitos divinos. Esto es lo que hace Pablo en Corinto, busca la presencia de Dios y al hacerlo logra superar algunas limitantes propias de la humanidad, que le pudieron llevar a perder lo que Dios quería hacer con él.

Cada uno de nosotros tiene en sí mismo limitantes que pudieran detener la plenitud de lo que Dios se propone hacer. Por eso es importante considerar las limitantes que pueden impedir que alcancemos la plenitud de lo prometido de manera a que valoremos el permanecer en la presencia de Dios.

Limitante #1

Las emociones (Hechos 18:9-10)

Las emociones son una limitante a todo lo que tenemos prometido porque afectan la toma de decisiones. En el caso del apóstol Pablo la emoción que embarga su vida, cuando está en la ciudad de Corinto es el temor. Al considerar que estaba posiblemente enfermo (2 Corintios 2:5), el poco resultado en Atenas y la constante de las persecuciones en cada ciudad, es comprensible que tuviera temor. El problema con el temor que sentía es que podía tomar una decisión equivocada.

Sin embargo, Pablo estuvo en la presencia de Dios quien le dijo: “No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad”. La palabra recibida en la presencia de Dios fue suficiente para superar el temor y permanecer en el plan divino.

Limitante #2

Los paradigmas (Hechos 18:12, 18)

En la definición de Thomas Kuhn, paradigma es: «una completa constelación de creencias, valores y técnicas, etc. compartidas por los miembros de una determinada comunidad”. Pablo tenía una técnica para desarrollar el trabajo misionero. Así también, tenía un paradigma para actuar si había persecución en su contra por predicar el evangelio.

Desde la ciudad de Filipos aplicó la misma reacción a la misma situación. Básicamente el paradigma era así: Predicación, persecución, aliento, partida. Es decir, llegaba a una ciudad y predicaba el evangelio; como resultado había conversiones al cristianismo; lo que irritaba a judíos y paganos que motivaban la persecución en contra del apóstol; entonces Pablo reunía a los nuevos creyentes, les alentaba a perseverar; finalmente partía a otra ciudad. En la nueva ciudad se repetía el paradigma.

Cuando el apóstol predica en Corinto una gran cantidad de gentiles se convierten lo que desata una reacción violenta de los judíos. Lo siguiente, en el paradigma sería alentar y partir, pero Dios le habla a Pablo y le dice: “yo tengo mucho pueblo en esta ciudad”. El paradigma marca que debía irse, pero Dios le dijo que se quede, por tanto se quedó allí (Hechos 18:18).

Limitante #3

La percepción (Hechos 18:10)

Según el diccionario de la RAE, percepción es la sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos. Claro está, que esa sensación interior por lo percibido a través de los sentidos, es muchas veces lo que nos lleva a tomar decisiones. Apliquemos esto a la situación de Pablo en Corinto: ¿Cuál sería la percepción del apóstol ante una ciudad conocida por la promiscuidad? ¿Cuál sería su percepción al estar enfermo y los conflictos se manifiestan?

Más allá de la percepción, Pablo tomó decisiones en base a lo que recibió estando en la presencia de Dios. Esa debe ser también nuestra regla. La oportunidad de alcanzar lo prometido por Dios demanda, que por encima de lo que percibimos de manera natural, tengamos información del cielo para tomar decisiones.

Preguntas de aplicación:

  1. ¿Cuál consideras que es tu mayor debilidad entre las mencionadas?
  2. ¿En qué áreas de tu vida necesitas revisar los paradigmas?
  3. ¿Qué harás para incrementar tu tiempo en la presencia de Dios?

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