Locamente haz hecho

Locamente haz hecho

1 Samuel  13:1-14

 

Locamente haz hecho, son las palabras del profeta Samuel a Saúl. Saúl era el rey que el pueblo de Israel había pedido a Dios para que los guiara en las batallas para librarse de los filisteos. Pero el rey actuó locamente y perdió la oportunidad de hacer uso de la autoridad de Dios para vencer. Si Saúl no actuaba locamente podía vencer a sus enemigos y consolidar el reino para él y sus generaciones. Pero se equivocó y perdió la autoridad, al final sería vencido por los filisteos y su familia perdería el trono.

¿A qué llama el profeta actuar locamente? Pues a realizar el sacrificio, tarea reservada para los sacerdotes. ¿Qué motivó al Rey Saúl a actuar locamente?  Algunos pecados que estaban anidados en su interior que se hicieron evidentes en la locura del sacrificio.

Nosotros, tenemos delante la oportunidad de usar el poder de Dios, y mediante ello alcanzar lo prometido, pero debemos cuidarnos de los pecados que pueden alejarnos de la oportunidad de usar la autoridad espiritual. ¿Cuáles son estos pecados?

 

Pecado #1

Dar gloria al hombre (1 Samuel 13:11)

Durante el periodo de los jueces Israel no tenía un ejército estable, sino que eran convocados solo para las batallas. Saúl cambia esto, establece un ejército y lo coloca distribuido en dos grupos una a cargo de su hijo y el otro con él. Esta acción, que es muy lógica, es el comienzo de un problema espiritual: confiar en el ejército y no en Jehová.

 

Tal es así que, cuando su hijo Jonatán tiene una victoria, hace una convocatoria masiva a los reservistas para la batalla, es decir, la guerra no es por convocatoria divina sino porque las cosas le salieron bien a su hijo. El pueblo se reúne motivado por la capacidad de Jonatán para vencer a los filisteos, pero cuando el ejército enemigo se agrupa y revela su potencial, el pueblo se desanima y huye. La diferencia numérica hace huir a los reservistas y Saúl, para evitarlo, hace el sacrificio.

 

La confianza de Saúl está en la multitud de hombres y no en Jehová. Mientras que el pueblo confía en Jonatán. Nadie confía en Dios.

 

Este es el pecado de dar gloria al hombre. Hacer lo incorrecto con tal de que la gente esté de nuestro lado. Depender tanto de la capacidad humana que se prefiere desobedecer con tal de no alejar a las personas.

 

Pecado # 2

Desobedecer la metodología divina (1 Samuel 13:9-11)

Dos son los actos de desobediencia a la metodología divina: El sacrificio y la bendición a Samuel.  El sacrificio era tarea exclusiva de los sacerdotes y Saúl no respeta el orden establecido por Dios. Así mismo, cuando se apresura a saludar a Samuel también desobedece el método divino.

 

Cuando el texto dice: “Salió a saludarlo” la palabra hebrea para saludo es barak  que significa bendecir. Parece ser que Saúl, luego de la locura del sacrificio, se creyó superior al sacerdote de Dios. La bendición era parte de la función sacerdotal y como tal le correspondía a Samuel, pero el rey se creyó superior a él y lo bendijo. Sin embargo tal bendición terminó en maldición.

 

Todos estamos expuestos a creer que nuestra tarea es superior a la de los demás. Y fácilmente creemos que podemos hacer mejor la tarea de otros. Pero, si queremos la autoridad de Dios para alcanzar las promesas necesitamos reconocer la autoridad divinamente establecida y ejercer el ministerio que Dios estableció para nosotros.

 

Pecado # 3

Centrarse en las circunstancias (1 Samuel 13: 6-7, 11)

Saúl se desesperó al mirar las circunstancias. Y no era para menos, tenía enfrente de si cinco grandes problemas:

  1. El ejército Filisteo (1 Samuel 13:5),
  2. La falta de armas (1 Samuel 13:19-20),
  3. La gente que desertaba (1 Samuel 13:6-7),
  4. Los miedosos que le seguían (1 Samuel 13:7)
  5. El sacerdote que no llegaba (1 Samuel 13:8)

 

Estas circunstancias pueden desalentar a cualquiera. En el caso de Saúl, le llevaron a actuar locamente. Por tanto, por más que las circunstancias sean adversas, lo que debe concentrar nuestra atención es el poder de Dios. Cuando buscamos en Dios la salida a nuestras dificultades, le damos Gloria. El dar Gloria a Dios es el camino a la victoria ante cualquier circunstancia.

 

 

Aplicación:

  1. ¿De qué manera práctica podemos dar gloria a Dios en el lugar donde nos desempeñamos?
  2. ¿Hay algo que deberías dejar de hacer porque no es tu responsabilidad? ¿Qué es?
  3. ¿Qué circunstancias te desaniman? ¿Cómo puedes dar gloria a Dios en medio de ellas?

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