Entre tanto Dios nos habla

Entre tanto Dios nos habla

Hechos 16:1-10

Sé que al desarrollar el énfasis “recibir una palabra de Dios” o tratar el tema de cumplir el plan de Dios, lo que más inquieta a la mayoría es: ¿Qué hago si no tengo una palabra de Dios?, o ¿qué pasa conmigo si no conozco el plan de Dios para mi vida? Pues, no tener una palabra que dirija nuestras vidas nos es tan extraño, sino todo lo contrario.
Precisamente, en Hechos 16, Pablo está recorriendo la región de Asia sin saber a donde Dios quiere que vaya. El apóstol sabe que tiene un llamado a las misiones, tiene una pasión que lo mueve, pero no se está moviendo hacia donde Dios quiere. Le falta al apóstol un palabra que dirija su vida.
Esta experiencia del apóstol, caminando en su llamado, pero sin una palabra nos responde a la pregunta: ¿Qué hacer mientras esperamos una palabra de Dios? ¿Estaremos estáticos?, ¿sentados hasta que Dios nos hable? De ninguna manera, hay algunas acciones a seguir hasta que Dios nos revele su voluntad. Consideremos estas acciones.

Acción #1
Siga el plan de alguien en autoridad (Hechos 16:4)
En el primer viaje misionero Pablo formó equipo con Bernabé. La palabra recibida de parte de Dios: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la cual los he llamado” (Hechos 13:2), colocaba a Pablo en sujeción a Bernabé, tal es así, que al comenzar el ministerio misionero el primer destino es Chipre de donde es oriundo Bernabé. De esta manera, el apóstol Pablo marcho siguiendo el plan de alguien más.
Para el segundo viaje misionero la relación Bernabé Pablo terminó y Pablo encabeza un ministerio misionero, sin embargo, aún no tiene un lugar definido de misión. No tiene una palabra clara de Dios que dirija su ministerio. Entonces inicia en donde todos debemos iniciar, en el plan de alguien en autoridad sobre nosotros.
¿Cuál era el plan? Pues, los ancianos de Jerusalén emitieron una resolución respecto a los creyentes gentiles y le pidieron a Pablo que repartiese la resolución. En obediencia, Pablo acompañado de Silas reparte entre las iglesias gentiles la resolución del Concilio de Jerusalén. Entre tanto Dios le habla, Pablo decide seguir el plan de los que están en autoridad. Esta decisión coloca al apóstol frente al puerto de Troas desde donde ingresa Europa y abre un nuevo continente al evangelio.

Acción #2
Responder a los NO de Dios (Hechos 16:6-8)
Una situación interesante se da en la espera de recibir una palabra de Dios que dirija el ministerio de Pablo. Dios no le da dirección, pero tampoco le permite hacer lo que piensa. Pablo intenta predicar en una y otra ciudad, pero el Espíritu de Cristo se los impide. El texto no explica la forma en que Dios le prohíbe a Pablo predicar en Asia, Misia y Bitinia, pero el apóstol entendió y obedeció.
Por cuanto Dios, en su presciencia conoce el final de cada camino, haremos bien en obedecer, cuando no niega el permiso para hacer algo. Dios puede negarnos el permiso de diferentes formas, por ejemplo: un mensaje profético, visiones, sueños, el consejo de alguien en autoridad, quebrantando nuestro espíritu cuando queremos hacer algo, falta de paz o la sensación de que algo no está bien. Cualquiera sea la forma en que nos niegue un permiso, siempre será mejor actuar en obediencia.

Acción #3
Hacer discípulos (Hechos 16:1-3)
El discipulado es la tarea más básica para el cristiano. En el caso de Pablo, entre tanto Dios le habla, decide hacer de Timoteo su discípulo. Timoteo era alguien con un buen en perfil una iglesia local, el apóstol lo saca de su casa e iglesia y mediante el discipulado lo impulsa a las naciones y a trascender los tiempos. El discipulado de Pablo sobre Timoteo permitió que el joven sea ejemplo de la juventud cristiana en toda la historia.
No se necesita una palabra de Dios para hacer discípulos, puesto que es la orden primaria para creyentes. Incluso el endemoniando gadareno, recién quitado del cementerio y vestido después de mucho tiempo fue enviado a discipular a sus familiares sin ningún curso previo de capacitación. Entre tanto Dios nos habla nuestra vida debe estar enfocada en por lo menos una persona en quien invertir nuestra vida, pues el discipulado, como dice Christian Schwarz es “La transferencia de la vida, no la memorización de conceptos abstractos”1

Aplicación:
1. ¿Existe alguna actividad en la iglesia en la que debas sumarte? ¿Cuál es?
2. ¿Qué debes dejar de hacer para responder a los No de Dios?
3. ¿En quién estás enfocándote para el discipulado?
4. ¿Qué harás esta semana para compartir la vida cristiana con a persona que estás discipulando?
1 (Desarrollo Natural de la Iglesia, Christian Schwarz, p 32)

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