Errores comunes de la Iglesia – Part. 2

Errores comunes de la Iglesia

Segunda Parte

Apocalipsis 1:10-11 

 

Continuamos con el estudio de las cartas de Jesús a las iglesias de Asia menor. En ellas el Señor las confronta con los errores que las pueden llevar a una muerte espiritual. A pesar de las palabras de reprensión, que en ocasiones son terriblemente duras, buscan como propósito cambiar el rumbo de muerte a vida, de fracaso a victoria.

Los errores cometidos por las iglesias son un alerta para nosotros y haremos bien en considerarlos en relación con nuestra vida espiritual, y mejor aún, buscar una palabra de Cristo que nos advierta y corrija de los errores en los que pudiéramos estar. Consideremos los errores comunes de la iglesia que aún nos restan.

Error #4

Confundir mundanalidad con diversidad (Apocalipsis 2:19-24)

La diversidad es una realidad de la iglesia de Cristo.  Mientras algunas iglesias utilizan gran tiempo de sus servicios a la adoración otras enfatizan el estudio bíblico, unas pasan momentos de gran fervor en oración mientras que otras prefieren la quietud y la oración silenciosa. La diversidad es una constante de la iglesia de Jesús.

Pero, es un error confundir la diversidad con mundanalidad. La Iglesia en Tiatira cometió este error al permitir que algunos grupos introdujeran la mundanalidad dentro de la iglesia. Unos justificaban el pecado sexual y otros mezclaban la doctrina cristiana con el paganismo. Y así el pecado se hizo común dentro de la iglesia.

Jesús, con una fuerte palabra de reprensión les dio plazo para el arrepentimiento. Claro está, que es mejor escuchar a Jesús reprendiéndonos por el pecado que experimentar su juicio. ¡Busquemos su palabra!

Error #5

Confundir permanencia con perseverancia (Apocalipsis 3:1-3)

Estar no significa perseverar. Asistir a la iglesia no significa que se pertenezca a ella. Las palabras de Jesús a la Iglesia de Sardis son muy fuertes: “tienes fama de estar vivo, pero en realidad estás muerto”. Debemos permitir que la palabra de Jesús redarguya nuestro corazón y nos confirme si perseveramos en la salvación otorgada por Cristo, sino, debemos volver a Dios en arrepentimiento y confesión del pecado.

Error #6

Confundir debilidad con fracaso (Apocalipsis 3:7-10)

 

La Iglesia en Filadelfia tenía dos grandes enemigos, el Imperio Romano que estaba realizando la segunda gran persecución contra el cristianismo y una secta herética procedente del judaísmo. Ante estos enemigos la Iglesia se sentía débil e incapaz de cumplir con su cometido.

Ciertamente la iglesia era débil, pero la debilidad no resultaría en fracaso. Jesús mismo le daría la oportunidad de hacer lo que era imposible para ella, le abriría una puerta que nadie podría cerrar. Y aunque los enemigo le menospreciaran, finalmente reconocerían que Jesús amaba a la iglesia. Por tanto, la debilidad se convertiría en victoria.

Es en los momentos de debilidad cuando con mayor pasión debemos buscar a Dios. Una palabra de parte de Cristo cambiará nuestra visión de las dificultades. Sus promesas se volverán en una realidad tangible. La victoria que alcanzaremos depende del amor de Jesús, no de nuestra fortaleza. Y Jesús quiere hablarnos sobre el amor que nos tiene.

 

Error #7

Confundir prosperidad con espiritualidad (Apocalipsis 3:15-19)

La ciudad de Laodicea era conocida por la producción de colirio para la cura de los trastornos de la vista y como un centro bancario por excelencia. Los cristianos de Laodicea son ricos en bienes de la tierra, por lo cual también la comunidad resplandece al exterior, vista desde fuera, no le falta nada, puede satisfacer todas las necesidades y obligaciones.

Pero al tener como centro de motivación la riqueza, el corazón se les desvió. Al considerar que lo más importante es el dinero, y al tenerlo en abundancia, no necesitaron de la ayuda de Dios. Como consecuencia, no buscaron a Cristo como lo hacían las otras iglesias en persecución y pobreza. El engaño de que la prosperidad demuestra espiritualidad les llevó al estado de: “infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17).

La dureza de las palabras de Cristo busca que la iglesia se arrepienta de su condición y pueda escuchar que el Señor está a la puerta de la iglesia para entrar y tener comunión con ella.   Jesús sigue hablando hoy. Abramos la puerta del corazón para recibir sus palabras y movernos al cambio que espera de nosotros.

Aplicación:

  1. Ya que se puede confundir diversidad con mundanalidad: ¿Hay alguna de sus costumbres necesita ser cambiada? ¿Cuál?
  2. ¿Cuáles son las debilidades que le preocupan?
  3. ¿Cómo puede saber que está bien espiritualmente?

 

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