Palabra 2017 – Parte 1

Año 2017

“Solo a Dios serviremos y a su voz obedeceremos”

Josué 24:11-27

La historia de Israel inicia con una promesa hecha por Dios a Abraham, la cual leemos en  Génesis 12:2-3

Haré de ti una nación grande,  te bendeciré,  engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré  a los que te bendigan,  y a los que te maldigan maldeciré;  y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». (Génesis 12:2-3)

Dios comienza a cumplir su promesa para con Abraham unos 25 años después, de la matriz estéril de Sara el patriarca recibe a su hijo Isaac. Desde ese comienzo, pasaron casi quinientos años para que se cumpliera la promesa de una tierra propia donde los descendientes de Abraham se constituyeran como una nación. Para que la promesa del hijo se cumpliera, Abraham tuvo que obedecer a Dios y empezar un peregrinaje hacia una tierra desconocida, y para que sus descendientes alcanzaran la promesa de la tierra tuvieron que actuar en fe, cruzar el Jordán y empezar a comer los frutos de la tierra (Josué 5:11).

A partir de allí, el pueblo comienza a batallar en espera de que Dios cumpla sus promesa de entregarle la tierra que fluye leche y miel. Y Dios fue fiel a su promesa y al final del libro de Josué se los recuerda:

“Envié delante de vosotros tábanos, los cuales expulsaron a los dos reyes amorreos antes de llegar vosotros;  no fue con tu espada ni con tu arco”  (Josué 24:12)

 

Ahora está a punto de culminar una etapa. Josué convoca al pueblo para delinear la ruta de acción hacia el final del tiempo del cumplimiento. El líder entiende que no todo el pueblo experimentó el cumplimiento y que el tiempo por venir requiere correcciones para que el pueblo de Dios cumpla los propósitos divinos.

Se pueden ver tres escenarios diferentes al fin de periodo de conquista. Tres grupos de personas componen el pueblo de Dios. Ellos tienen experiencias diferentes en relación con Dios y con el cumplimiento de las promesas divinas.

Por un lado están aquellos para los cuales el tiempo de cumplimiento llegó en su cabalidad. Están plenos. Seguros del esfuerzo que han hecho y testigos de la manifestación de Dios. Josué representa a este primer grupo. No hay duda en él, mira al futuro con la certeza de que lo que hizo es suficiente para afirmar a su familia en los propósitos divinos. Cumplió su parte. Vivió para la Gloria de Dios.

Por otro lado están aquellos que vivieron el tiempo del cumplimiento, pelearon batallas por sus promesas y alcanzaron algunas de ellas, pero no hay plenitud. En su marcha contemplaron la Gloria de Dios como los del primer grupo, pero por sus acciones, o la falta de ellas, quedaron excluidos de la plenitud. Contrario a lo ordenado por Dios, no se prepararon para el cumplimiento,  no se proyectaron extendiendo los límites de la promesa, no actuaron para provocar el inicio del cumplimiento y no se apresuraron a conquistar cuando Dios les concedió la victoria. Este es el grupo confrontado en el capítulo 24 de Josué. El líder les dice de parte de Dios: – Escojan hoy a quien van a servir-.

Finalmente se encuentra  la generación emergente, compuesta por los niños que vinieron del desierto y los nacidos durante la conquista. Ellos presenciaron el poder de Dios a favor de aquellos que lo obedecen, pero también la inconsistencia de sus padres en ser fieles a Dios.  Comprobaron el poder de la palabra de Dios, así también la incapacidad de los padres en cumplir sus palabras. Esta generación emergente tiene una responsabilidad que posiblemente no comprende. Son los responsables de manifestar la Gloria Dios en la siguiente generación, a fin de que las naciones conozcan que hay Dios en Israel. Que los planes de Dios para la humanidad se cumplan depende de la consagración que la generación emergente alcance antes de ser los adultos que gobiernen al pueblo de Dios.

La palabra para el 2017 tiene relación con estos tres grupos. En la búsqueda de la palabra para guiar al Pffamiliar, Dios me habló sobre estos tres grupos de personas en el Pffamiliar.

Al finalizar este año 2016 hay en el Pffamiliar  quienes: 1) se prepararon para el cumplimiento, 2). se proyectaron de tal manera a extender los límites de la promesa, 3) actuaron para provocar el inicio del tiempo del cumplimiento, y 4). Se apresuraron a conquistar en la certeza de que Dios le concedió la victoria. Este es el grupo de los plenos. Mi corazón se llena de gozo al escuchar a Dios hablar sobre ellos. Soy testigo de sus batallas y de las maravillas que Dios hizo para llevarles al cumplimiento. Sus vidas enriquecen al Pffamiliar. A ellos debo decirles que Dios me confirma que aún habrá más Gloria sobres sus vidas. Y verán el cumplimiento sobres sus generaciones. Amén

Dios quebranta mi corazón de una manera muy fuerte sobre el grupo de la generación emergente. Ellos son, en primer lugar, los niños del Centro Comunitario Pedacito de Cielo, muchos de ellos tienen heridas muy grandes por caminar en el desierto, están experimentando a Dios en medio de su pueblo pero aun no entienden que hay una vida de abundancia para ellos. Componen también la generación emergente los juveniles de la Red de jóvenes y los nuevos creyentes. Nacidos ya en la tierra prometida, empiezan a gustar y servir al Dios que hace maravillas. Pero para alcanzar la plenitud en Dios tienen que lidiar con dos grandes problemas, el deseo natural de tener ídolos semejantes a ellos a quienes adorar y, peor aún, el mal ejemplo del grupo confrontado.

¿En qué grupo estás vos?

Tres escenarios distintos, tres grupos de personas: Los plenos, los confrontados y la generación emergente. Los tres grupos en diferente relación con Dios y con diferentes experiencias en el cumplimiento de las promesas. Y sobre estos tres escenarios, Dios.

Dios continúa con el plan que le reveló a Abraham cuando le dio la promesa de una descendencia numerosa. El plan de Dios es bendecir a todas las familias de la tierra. Para hacerlo cuenta con estos tres grupos de personas. ¿Qué hará Dios? ¿Se proyectará con los que alcanzaron plenitud y desechará a los que no lo hicieron? ¿Trabajará solo con la generación emergente? ¿Qué pasará con el grupo de los confrontados? La respuesta descansa en el carácter de Dios.

Permítanme leer algunos textos que revelan el carácter de Dios:

Romanos2:4  ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad,  paciencia y generosidad,  ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

Romanos 15:5  Y el Dios de la paciencia y de la consolación…

2Tesalonicenses 3:5  Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo.

2Pedro 3:15  Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación…

1Pedro 3:20  los que en otro tiempo desobedecieron,  cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé…

Dios es paciente, y en su paciencia, casi al final del tiempo del cumplimiento vuelve a tratar con aquel grupo que no supo: 1). Prepararse para el cumplimiento, 2). Proyectarse extendiendo los límites de la promesa, 3). Actuar para provocar el inicio del tiempo del cumplimiento, y 4). No se apresuró a conquistar cuando Dio le concedió la victoria…

A este grupo Dios en su paciencia se vuelve una vez más y le dice: Es hora de tomar una decisión: -escogeos  hoy a quién sirváis-. ¡Decidan a quien van a servir!

Es por esto que la palabra para el 2017 no es tanto una promesa de Dios, sino la respuesta del Pffamiliar al desafío que Dios, en su paciencia, nos lanza una vez más. ¡Decidan a quien van a servir!

Cómo pastor tomé una decisión y creo que es la única que realmente puede traer plenitud a nuestras vidas y preparar a la generación emergente para que cumpla el plan de Dios en la próxima generación. No puedo como pastor permitir que el mal ejemplo del grupo confrontado continúe y no seamos capaces de preparar suficientemente a la generación emergente. La generación emergente debe ser nuestra prioridad.

Esta es nuestra respuesta a la confrontación de Dios y la palabra para el 2017

“Solo a Dios serviremos y a su voz obedeceremos”

Dios es paciente para contigo, aun hay cumplimientos delante de ti, aun puedes vivir en la plenitud que diseñó para que desarrolles sus planes para la humanidad. Pero necesitas tomar una decisión. Dios no va a cambiar sus planes con la generación emergente debido a tu terquedad o tus debilidades. Mientras contribuyas a que la generación emergente se prepare para ministrar a la próxima generación, Dios hará maravillas en ti y a través de ti. Pero si eres un mal ejemplo para esta generación emergente, él no va a dejar que la generación se pierda, sino buscará en otros los pastores, maestros, mentores y líderes para que sanen las heridas de los niños del desierto, para que den una visión  correcta de Dios y su poder a los nacidos en el tiempo de conquista. Por eso debes tomar la decisión conmigo y declarar “Solo a Dios serviremos y a su voz obedeceremos”.

Aplicación

  1. ¿Qué comportamiento o actitudes debe cambiar en usted para ser un buen ejemplo para la generación emergente?
  2. ¿Qué ministerio puede desarrollar para que la generación emergente esté preparada para cumplir los planes de Dios?
  3. ¿Cómo puede ayudar a su familia para que alcancen el pleno cumplimiento de las promesas de Dios?

Palabra 2017 – Parte 2

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