Texto bíblico: Números 14:1-12
Llegó el tiempo para el pueblo de Dios a poseer la tierra que recibió por herencia. Y aunque todo el pueblo anhelaba poseer la tierra la mayoría se contagió de la visión de los 10 espías y no creyó que podían alcanzar las promesas. Es evidente que los Israelitas estaban consagrados a la conquista de las promesas pero no al Dios de las promesas. Se consagraron para las cosas que iban a lograr y se olvidaron en consagrar sus vidas al Señor y por ende sus acciones no fueron las correctas.
En el pasaje que nos ocupa encontramos algunos resultados de la falta de consagración a Dios. Debemos comprender que si no nos consagramos al Señor enteramente perderemos las promesas y probablemente nos quedaremos en el desierto. El desierto simboliza una vida sin propósito, seca, vacía, inestable e irritante. La falta de consagración trae resultados negativos. Veamos los resultados de una vida no consagrada.
Resultado #1
La queja (Números 14:3)
Al cruzar el mar Rojo y ver destruido al ejército de Faraón celebraron y adoraron al Dios que los rescató. Sin embargo la alabanza duró tanto como pronto apareció una dificultad. Entonces la alabanza se transformó en queja. La queja detuvo la obra de Dios y el pueblo estuvo a punto de perecer. Sino fuera por la intercesión Moisés, Dios hubiese desechado a los quejumbrosos.
Muchos no le dan importancia a este pecado y viven quejándose y por tanto deteniendo la obra de Dios sobre sus vidas. Más aun arriesgándose a quedarse en el desierto de una vida sin propósito ni promesas.
Resultado # 2
La murmuración (Números 14: 4, 27-29)
El pueblo de Israel murmuro, le apuñaló por la espalda a su líder. La falta de consagración hace que veamos todo negativo. Nótese la diferencia en Josué y Caleb, ellos estaban en la misma situación que los demás, con el mismo problema pero actuaron de una manera diferente porque estaban consagrados.
Resultado # 3
La incredulidad (Números 14:11, 22-24)
El pueblo de Dios actuó de manera incrédula. Dios mostro su poderío abriendo el mar, enviando maná del cielo, proveyendo agua a través de una piedra, pero de igual manera su pueblo no creyó. Esa incredulidad le irritó a Dios, quien se determinó a terminar con el pueblo incrédulo. Sin embargo, una vez más, el líder intercede por el pueblo y Dios extiende su misericordia.
Preguntas de aplicación:
- ¿Qué podemos hacer cuando alguien se acerca a nosotros con murmuración?
- Leer Marcos 9:24. Un padre necesitaba un milagro para su hijo y le pidió a Jesús que le ayude con la incredulidad. ¿Qué milagro necesitas para pedirle a Jesús que te ayude en tu incredulidad?
- Tomen un tiempo como GPO para orar a fin de que Dios les quite de la queja, la murmuración y la incredulidad.