No morir en el intento

No morir en el intento

Hechos 5:1-11

 

El capítulo 5 de hechos parece devolvernos a la realidad de la debilidad humana de los que componemos la iglesia. Es como un balde de agua fría. Rompe con el relato de valentía, obediencia y entrega de los primeros discípulos.

Aunque es difícil de aceptar la muerte de Ananías y Safira a consecuencia de una mentira, una verdad es revelada en este relato: la santidad es el camino para que la iglesia logre sus propósitos. Sin santidad las mejores intenciones se convierten en ofensa para Dios. Sin santidad las metas mejores se transforman en pena de muerte.

Es una gran intención compartir algo de sus bienes. Tampoco está mal querer ser reconocidos como generosos al igual que lo fue Bernabé (Hechos 4:36-37). Pero, ni la buena intención, ni el acto generoso sirven cuando no vivimos en la santidad que Dios demanda de su iglesia. Sobre todo esfuerzo que se haga, vivir en santidad debe ser el primero, pues sin santidad, pudiéramos perder todo aquello que Dios preparó para nosotros.

El presente estudio pretende ser instructivo, para no morir, ni espiritual ni físicamente por no vivir en la santidad que Dios demanda. Para que redoble esfuerzos en vivir en santidad de manera que alcance la victoria que Dios tiene preparada para usted. Le presento, por tanto, algunas preguntas que ayudan a vivir en la santidad que Dios demanda, para no morir en el intento de alcanzar las promesas de Dios 

 

Pregunta #1

¿Qué consecuencias tendrán mis acciones? (Hechos 5:9-10)

Es indiscutible que Ananías y Safira no consideraron seriamente esta pregunta. Es posible que creyeran que la iglesia aplaudiría el acto de generosidad. Pero no consideraron las consecuencias ante Dios por la falta de sinceridad en sus acciones.

La acción de Ananías y Safira es similar a la de la sociedad en general. Aunque una gran mayoría dice creer en Dios, vive como si no existiera. El problema es que Ananías y su esposa pertenecían a la iglesia, que por aquel entonces vivía un cristianismo muy radical, apasionado y con manifestaciones evidentes de la presencia de Dios en medio de ellos. De igual manera, este matrimonio obvió la realidad de la presencia de Dios en medio de ellos y actuaron sin sabiduría.

Es importante tomar decisiones conscientes que Dios conoce y juzga las intenciones del corazón (1 Corintios 4:5, Hebreos 4:12)

Pregunta #2

¿Quién está llenando mi corazón? (Hechos 5:3)

 

Hasta el capítulo 4 del libro de Hechos, puede verse que constantemente los creyentes buscan la llenura del Espíritu Santo. Desde Hechos 2 cuando el mensaje de Pedro sobre el arrepentimiento provoca una pregunta: ¿qué haremos? La respuesta de Pedro marca la prioridad en la que se concentraría la iglesia: “Pedro les dijo: -Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo  para perdón de los pecados,  y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Es decir, la llenura del Espíritu Santo debía ser la experiencia normal de los nacidos de nuevo por el arrepentimiento y fe en Jesús.

Esto es así, hasta que nos encontramos con Ananías y Safira, quienes se llenaron del engaño de Satanás. De alguna manera, estos creyentes permitieron que otra cosa llene sus corazones. Es evidente que en algún momento esta pareja dejó de hacer lo que los demás creyentes hacían y la llenura del Espíritu Santo se cambió por la llenura del engaño de Satanás.

Es por tanto, muy importante la pregunta: ¿Qué está llenando mi corazón? Si mis costumbres son las mismas que los creyentes primitivos me llenaré del Espíritu. Debo mirar a mi interior y ver si el estilo de vida de la iglesia primitiva es mi estilo de vida. Por ejemplo ellos se reunían para orar (Hechos 1), para buscar la llenura del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4, 4:3), se reunían en grupos pequeños en las casas para estudiar, adorar y tener comunión (Hechos 2:42-47) y evangelizaban (Hechos 2:38-41)

Como creyentes debemos adoptar como propio el estilo de vida conforme a la Biblia y desechar corrientes de este mundo (Efesios 2:2-3). Pues a lo que le dediquemos tiempo llenará nuestro corazón.

Pregunta #3

¿Con quién estoy concordando? (Hechos 5:9-10)

La pregunta de Pedro a Safira: ¿Por qué convinisteis?, hace pensar que el mayor error que cometió Safira fue casarse con Ananías. Convenir, en griego sumfoneo, significa sonar juntamente, estar de acuerdo, el término castellano sinfonía viene de esta palabra griega. Tiempo atrás Safira decidió unir su vida a la de Ananías en una misma sinfonía. La nota final de esta sinfonía fue la mentira al Espíritu Santo. Concordar con la persona equivocada le llevó a morir antes de tiempo.

¿Con quién estoy concordando? es la pregunta que debe hacernos reflexionar sobre nuestro entorno, sobre las personas que son de influencia para nuestra vida. Debemos concordar con personas que nos ayuden al crecimiento espiritual, a intensificar la devoción a Dios, a la vida de santidad.

Aplicación:

  1. ¿Cómo puede saber si lo que está haciendo tendrá consecuencias negativas?
  2. ¿Cuál de las prácticas habituales de la iglesia primitiva son necesarias en su vida para seguir llenándose del Espíritu Santo?
  3. ¿Puede mencionar a tres personas en su entorno cercano, con las cuales está concordando para crecer espiritualmente?

 

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