Texto bíblico: Hechos 11
El primer libro de la Biblia que leí fue el libro de los hechos. Cuando ingresé por primera vez en la iglesia me regalaron Nuevo Testamento. Al llegar a casa lo abrí y empecé a leer el libro de hechos. Fui sorprendido por tanta acción. Dios obraba milagros, estaba presente con los discípulos. Como colérico que soy, me impactó el dinamismo con que la iglesia se espació por el mundo.
Hasta el día de hoy me provoca cierta envidia la sencillez con la que se producen cosas extraordinarias en el libro de los Hechos. Digo sencillez, porque lo normal en el libro de Hechos es ver la manifestación del poder de Dios. Puede verse en el libro de Hechos que Dios usa a personas comunes para hacer maravillas. Incluso a personas que no entienden claramente el evangelio de Cristo. Por ejemplo, Hechos 11:3 y 18 deja ver que los hombres que Dios utiliza ni siquiera sabían que la salvación es para todo aquel que cree, tanto judíos como gentiles. Sin embargo, Dios los utiliza.
¿Cuál es la diferencia entre ellos y nosotros? ¿Qué hace que ellos vivan de manera normal lo milagroso y sobrenatural? El texto que hoy consideramos puede otorgarnos la respuesta. Los discípulos del Nuevo Testamento a través de los cuales Dios manifiesta su poder tienen 2 principios sobre los cuales sustentan su vida de fe. Veamos pues, cuales son los principios que deben sustentar nuestra vida de fe para que Dios manifieste su poder a través de nosotros.
Principio #1
La práctica de las disciplinas espirituales (Hechos 11:5)
Las disciplinas espirituales son actividades regulares que debe practicar el creyente para tener una vida espiritual saludable y por tanto fructífera. Encontramos en el capítulo 11 de hechos a varios personajes que son estrictos en las disciplinas espirituales, y por tanto resulta común entre ellos la manifestación del poder de Dios. Claro está que estas disciplinas son comunes a todos los discípulos mencionados en el libro de los hechos, sin embargo me concentraré solo a los discípulos mencionados en el capítulo 11. Veamos quienes son y que disciplinas espirituales practicaban:
- Pedro: Oración y ayuno (Hechos 10:9-10)
- Bernabé y Saulo: Congregarse y Estudio bíblico (Hechos 11:26)
- Los esparcidos y unos de Chipre y de Cirene: Evangelismo (Hechos 11:19-21)
Principio #2
La voluntad de actuar en respuesta a Dios (Hechos 11:12-14)
Dios hablará a aquellos que estén dispuestos a responder positivamente a su voz. Tal es el caso de:
- Pedro (Hechos 11:12, 28). Dios le envía a Pedro a los gentiles y se va junto a ellos. Aunque no le gusta, hace lo que Dios le pide.
- Bernabé (Hechos 11:25-26). Después que Bernabé nota que Dios está salvando a los gentiles, se apresura a viajar a la ciudad de Tarso para traer a Saulo para que discipule a los gentiles.
- La iglesia en Antioquía (Hechos 11:27-30). Cuando Agabo anuncia que en el futuro habrá hambre, la iglesia hace una colecta para ayudar los que sufrirán.
Preguntas de aplicación
- ¿En qué disciplina espiritual necesitas crecer? ¿Cómo lo harás?
- Comparte una experiencia en donde Dios te envío a evangelizar a una persona.
- ¿Qué Dios está haciendo a tu alrededor? ¿Cómo puedes sumarte a lo que Dios está haciendo?