Texto bíblico: Mateo 26:30-35
Muchas personas declaran: “Yo me siento bien así, es mi forma de ser, Dios me hizo así, es mi carácter y por ende no puedo remediar”. Este pensamiento abunda en nuestro entorno porque no hemos podido entender que Dios tiene el poder para transformar nuestras vidas. Sin embargo, Dios nos demanda realizar cambios radicales en nuestra vida.
Si permanecemos en el pensamiento de que no podemos cambiar perderemos el tiempo de cumplimiento.
El pasaje que nos ocupa nos presenta a un hombre que tuvo un cambio radical. El apóstol Pedro era un hombre común y corriente, un pescador cuya vida no era trascendente para el resto de la sociedad. Este dejó todo para servir al Señor, pero no le sirvió de mucho los años que convivió con Jesús para entender lo que Dios quería de él.
Pero a partir de recibir la promesa del Espíritu Santo experimentó cambios radicales que le permitieron experimentar la gloria de Dios. A partir de la experiencia de Pedro analicemos los cambios que necesitamos realizar para alcanzar el principio del cumplimiento de las promesas de Dios.
Cambio #1
Cambiar de una fe fluctuante a una fe firme (Mateo 26.33-34)
Aunque Pedro le prometió fidelidad a Jesús incluso hasta el punto de entregarse en sacrificio, cuando la situación se tornó difícil, mostró una fe fluctuante. No fue capaz de mantener su palabra cuando su vida estaba en riesgo.
Cuando estaba a punto de ser descubierto por la sirvienta del sumo sacerdote empezó a maldecir y negar ser discípulo de Cristo.
Sin embargo, en Hechos encontramos a un Pedro cambiado, con una fe firme. Cuando le intiman a negar a Cristo so pena de ser encarcelado, dice: “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20).
Este cambio le permitió ser el canal en el cual se manifestó el poder de Dios.
Cambio #2
Cambiar hacia un carácter transformado (Juan 18:10)
Pedro era un hombre impulsivo, sin dominio propio. Este no era un carácter oportuno para cumplir el propósito de Dios de pastorear el rebaño del Señor (Juan 21:16-18).
Pero véase el cambio de carácter al escribir en las epístolas conceptos como refrenar la lengua.
(1 Pedro 3:10), bendecir a los malvados (1 Pedro 3:9) y ser compasivos (1 Pedro 3:8).
Cambio #3
Cambiar a una vida llena del Espíritu Santo (Mateo 16: 13-23, Hechos 5:15)
Después de años de vivir con Jesús, cerca del tiempo de la pasión de Cristo, Pedro aun no logra entender el plan de Dios. Cuando Jesús anuncia su muerte, el apóstol es utilizado por el Diablo para desmotivar a Jesús para que no vaya al sacrificio por el pecado de la humanidad. Esta incapacidad para entender la obra de Jesús es común a todo aquel que no tiene el Espíritu Santo (1 Corintio 1:18, 2:14-15).
Esta es la razón por la que debemos movernos a un cambio de vida. De una vida natural, humana a una espiritual, pues el espiritual tiene la mente de Cristo (1 Corintios 2:10, 16).
En Hechos 5: 15 encontramos a un Pedro transformado, lleno del Espíritu y como tal manifestando el poder de Dios. El Espíritu Santo había hecho la obra en él.
Preguntas de aplicación:
- ¿Qué situaciones debilitan tu fe?
- Menciona algunas debilidades de tu carácter.
- ¿Qué tiempo dedicas a la búsqueda de la llenura del Espíritu Santo?
- Tomen un tiempo de oración como GPO para orar por los problemas de carácter y la llenura del Espíritu Santo.