Texto bíblico: Daniel 1:8-21
Todos pasamos por momentos de crisis. Unas más intensas que otras. La percepción de los demás respecto a nuestros problemas puede variar. Pero solo el afectado puede comprender el significado para sí mismo de sus dificultades.
La crisis que experimenta Daniel es muy grave desde todo punto de vista. En el inicio de su juventud es arrancado de su familia, desterrado. Luego de tener un futuro de prosperidad, en plena preparación para ser un gobernante de su nación es llevado en cautiverio a tierras muy lejanas. (Daniel 1:3-4).
Es en medio de esa crisis tan terrible que Daniel toma la mejor decisión que pudiera tomar, consagrarse a Dios. Es finalmente, la consagración a Dios, lo que le permite transformar la enorme dificultad en la oportunidad de alcanzar todo aquello para lo que se preparó. Daniel se convierte en el primer ministro de dos imperios que se suceden y de más de cuatro reyes.
La experiencia de Daniel nos puede revelar algunas verdades que nos potenciaran en el desafío de consagrarnos.
Verdad # 1
La consagración es una determinación del corazón (Daniel 1:8)
La consagración no tiene que ver con las posibilidades que brinda el entorno. Por el contrario, a pesar de las dificultades que atraviesa y lo peligroso que pueda ser, Daniel decide consagrarse a Dios. Cuando lo hace, recibe de Dios el respaldo suficiente para enfrentar las vicisitudes. La consagración empieza en una decisión y tiene como consecuencia el respaldo de Dios.
Verdad # 2
La consagración se nutre del conocimiento previo acerca de Dios (Daniel 1:8)
La decisión de Daniel de consagrarse a Dios fue posible porque en su niñez fue instruido acerca de la ley de Dios (Daniel 1:4). El conocimiento recibido le permitió tomar la primera decisión. Las experiencias posteriores con Dios le permitieron a Daniel crecer en su consagración.
Ningún comienzo es pequeño en los planes de Dios. Se puede comenzar tímidamente,
con pequeñas decisiones, pero mientras más se conozca a Dios mayor será la posibilidad de consagración. Se trata de empezar.
Verdad # 3
Las consagración trae dádivas que permiten cumplir el propósito divino (Daniel 1:9, 17)
A partir de la primera decisión, Dios le concedió dádivas a Daniel. Sobre esas dádivas consiguió superarse y llegar a ser un gran gobernante. Las dádivas recibidas por la consagración son: gracia, inteligencia y conocimiento (Daniel 1:9, 17).
Muchos son los desafíos para cumplir el propósito divino, pero tomados de las dádivas de Dios es posible hacerlo. Pero debe recordarse que la gracia, la inteligencia y el conocimiento son para aquellos que se consagran.
Preguntas de aplicación:
- ¿Cuáles serían las dificultades en tu entorno para consagrarte? ¿superan estas dificultades a las que tenía Daniel?
- ¿Qué fue lo primero que cambiaste cuando inició tu consagración a Dios? ¿qué es lo que debes cambiar o dejar para aumentar tu consagración?
- ¿Cuál dádiva necesitas más para alcanzar el propósito de Dios para tu vida?