Texto bíblico: 2 Corintios 4:1-18
Una mañana me visitó un pastor para tratar algunas cuestiones ministeriales. Luego de hablar sobre diversos temas me hizo un comentario sobre el que no pude estar de acuerdo con él, me dijo: “las misiones mundiales son innecesarias”.
Luego de superar la sorpresa por lo que dijo este pastor, y cuando estaba solo, reflexioné que muchos cristianos están convencidos de la urgencia de predicar a todas las naciones, sin embargo no lo hacen. Hay pues, una dicotomía entre lo que creemos y lo que hacemos.
Ante esta división entre lo que creemos y lo que hacemos me propongo compartir un estudio que en un sentido hace apología de la tarea misionera, es decir defiende la necesidad de involucrarnos en la tarea misionera. Veamos pues, algunas razones por las cuales debemos involucrarnos en la tarea misionera.
Razón 1
La oportunidad (1 Pedro 2: 4-5)
Nadie como la iglesia de Cristo tiene la oportunidad de hacer algo por la humanidad. Cualquiera sea el ámbito en el que se desempeñe, la capacidad de la iglesia para provocar cambios positivos es incomparable. Ya sea que se trate de recuperar al adicto, restaurar un matrimonio, mejorar la calidad de vida, etc, la iglesia tiene una probada capacidad.
Esto se debe a la posibilidad de acercarse a Dios y ofrecer sacrificios espirituales a favor de la humanidad. Mediante la oración y el ayuno la iglesia tiene la oportunidad de presentar a los sufrientes ante Dios para que alcancen misericordia.
Razón 2
La identidad (1 Pedro 2:9)
Por identidad nos referimos a quienes somos y por tanto las capacidades que tenemos. Por ejemplo un arquitecto tiene la capacidad de diseñar una vivienda y el poder de dirigir su construcción. Un médico tiene la capacidad de diagnosticar una enfermedad y brindar un tratamiento para revertirla. Por su parte, un agricultor tiene la capacidad de cultivar la tierra para obtener alimentos de ella.
La identidad de los creyentes en Cristo esta resumida en cuatro virtudes: 1) linaje escogido, 2) real sacerdocio. 3) nación santa y 4) pueblo adquirido por Dios. Esta identidad le confiere a la iglesia un gran poder.
Claro está que el objetivo de esta identidad no es que consigamos todo lo que queremos para nuestra propia felicidad, sino, “para anunciar las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. La identidad nos impulsa a involucrarnos en la tarea misionera.
Razón 3
La misericordia (1 Pedro 2:10)
Dios nos alcanzó con su misericordia. Debiéramos nosotros experimentar el juicio de Dios (Hebreos 9:27) y recibir como castigo la separación eterna de Dios (Romanos 3:23, Apocalipsis 1:8). Sin embargo, alcanzamos misericordia, nuestros pecados fueron perdonados por pura gracias (Efesios 2:8). Esta misericordia con la que fuimos alcanzados debe impulsarnos a compartir el mensaje de salvación a los que aún están lejos de Dios.
Preguntas de aplicación:
- ¿Cuáles son las mayores necesidades de la comunidad en la que vives?
- ¿Cómo puedes involucrarte en la tarea misionera?
- Tomen tiempo para orar a Dios agradeciendo por su misericordia e intercediendo por los misioneros y los que no conocen a Cristo.