Cuidar al Prójimo
Mateo 25:31-46
Al estudiar las parábolas, como la del texto que corresponde al presente estudio, es necesario tener en cuenta que al ser una figura literaria, no corresponde interpretar literalmente cada frase del texto. Por el contrario, se debe extraer la verdad o verdades que se revelan sin intentar dar significado a cada detalle de la historia. Esta parábola en particular está incluida entre las que enseñan sobre la segunda venida de Cristo. En ella se da a conocer que Dios espera que sus hijos actúen a favor del que padece necesidad. Consideremos algunas verdades que pueden alentarnos a practicar el cuidado al prójimo
Verdad #1
El cuidado al prójimo es una obra propia del creyente (Mateo 25:34-40)
Propio/a significa: característico, peculiar de cada persona o cosa. El cuidado al prójimo es peculiar, característico de un creyente. Es conforme a la naturaleza del creyente tener cuidado del prójimo.
Jesús llama «benditos de mi Padre» a quienes heredarán el Reino preparado desde antes de la fundación del mundo, y la razón por la cual dice que heredarán es porque atendieron a los necesitados, «cuidaron al prójimo» (Mateo 25:35-36). Ante esto es importante notar que los “benditos de mi Padre” no sabían que al cuidar al prójimo estaban ministrando al mismo Cristo (Mateo 25:38-39). Cuidaban al prójimo porque eso es parte de su naturaleza.
Debemos reflexionar si nuestras obras por el prójimo confirman nuestra salvación, sino, debemos volver a la cruz arrepentidos por la dureza de nuestro corazón, hacer de Cristo el Señor de nuestras vidas y comenzar a hacer las obras propias del creyente. (Santiago 2:14-17)
Verdad #2
El cuidado al prójimo es la manifestación del amor a Dios (Mateo 25:40)
Los “benditos de mi Padre” no sabían que al cuidar al prójimo estaban ministrando al mismo Cristo. Pero nosotros, lectores de la parábola si sabemos.
Es en este sentido, que es oportuno recordar que la Biblia establece dos grandes mandamientos: Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Por lo general, la gente piensa que es más fácil amar a Dios que al prójimo, pero, es imposible de cumplir el primer mandamiento si no se cumple el segundo. En 1 Juan 4:40 dice: “porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto”.
Entonces, si no se puede amar a Dios sin amar al prójimo, ¿cómo se ama al prójimo? En 1 Juan 3:17-18 se describe el amor al prójimo de la siguiente manera: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”
Verdad #3
El cuidado al prójimo trae consigo recompensa (Mateo 25:34, 46)
Al final de la parábola los que cuidaron al prójimo reciben la recompensa de la vida eterna y los que no, la condenación eterna. ¿Cómo es esto posible? ¿Es acaso la salvación por las obras que hacemos? De ninguna manera, pero es lógico que si no cuidamos al prójimo es porque no tenemos la naturaleza de un creyente y si en nuestra vida no cuidamos al prójimo nunca le manifestamos amor a Dios.
No digo que el que no visita la cárcel o un hospital, o niega el pan al hambriento y el abrigo al desnudo sea condenado al fuego del infierno, sino que es incompatible ser cristiano e insensible a las necesidades de los demás. El creyente, por su misma naturaleza, será sensible a las necesidades y actuará definitivamente a favor del prójimo. Y por hacerlo siempre tendrá recompensa de parte de Dios.
La mayor de las recompensas es la vida eterna. También Dios promete recompensas en esta vida. Veamos algunas de ellas: Proverbios 22:9, 17, 28:27, Mateo 10:41-42, 2 Corintios 9:6-8, Eclesiastés 11:1-2.
Aplicación:
- ¿Cuál es la mayor necesidad de las personas de su comunidad?
- ¿Cómo puedes atender esas necesidades?
- En el Pffamiliar existen varios departamentos que trabajan para atender las necesidades del prójimo. ¿A cuál puedes sumarte? ¿Cómo lo harás?