De Esta Manera Me Esfuerzo
Romanos 15:15 -25
Un gran líder político dijo: “no hay que pretender ser fuerte en todas partes, porque entonces uno termina por no ser fuerte en ninguna”. Este concepto es muy oportuno respecto al énfasis de este mes que es: “Redoblar esfuerzos”. Redoblar esfuerzos no significa hacer lo todo, tampoco correr de un lado tratando de hacerlo todo apresuradamente. Sino por el contrario orientar el esfuerzo de manera clara y precisa para alcanzar aquello que Dios tiene prometido para nosotros.
Es en este sentido que la experiencia del apóstol Pablo sobre el esfuerzo realizado en el cumplimiento de su misión, como lo menciona Romanos 15:20, provee luz para comprender y responder al desafío de redoblar esfuerzos. Podemos extraer de Romanos 15:15-22 algunos lineamientos entre los cuales redoblar esfuerzos permite alcanzar lo prometido por Dios. Consideremos estos lineamientos de manera que redoblando esfuerzos alcancemos la victoria que Dios ya nos concedió.
Lineamiento #1
Concordancia con el propósito divino (Romanos 15:15-16, 20)
Concordancia significa: correspondencia o conformidad con otra cosa, entonces concordancia con el propósito divino quiere decir, que el redoble de esfuerzo tiene que corresponder o ser conforme al propósito que Dios tiene para con nosotros.
Esto es así con Pablo, el apóstol dice que la tarea que realizó tenía concordancia con “la gracia de Dios que me ha sido dada para ser ministro a los gentiles” (Romanos 15:15). Es decir, no se esforzó en ministrar a los judíos, sino a aquellos a los cuales Dios le envió y para los cuales Dios le concedió dones.
También es claro el lineamiento de la concordancia con el propósito divino en el significado del verbo “esforcé” de Romanos 15:20. Esforcé, filotimeomai en griego, según Diccionario Swanson se puede traducir como aspirar a una meta. La versión Internacional traduce esta palabra como “mi propósito”, “En efecto, mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno” (Romanos 15:20). Es decir el esfuerzo y el propósito deben ir unidos.
El camino que debe dirigir el esfuerzo es el propósito de Dios para con nuestra vida y los dones que él nos concedió para cumplir ese propósito.
Lineamiento #2
La acción de Dios (Romanos 15:18-20)
El esfuerzo dentro de lineamiento de la acción de Dios inicia en el reconocimiento de nuestra posición. Pablo dice claramente: “Lo que Cristo ha hecho por medio de mi” (Romanos 15:18). De ninguna manera se atribuye éxito alguno fuera de la oportunidad de ser el canal de la manifestación de Dios. En este sentido muchos fracasan en su esfuerzo porque creen que de ellos depende lograr las metas, olvidando de esta manera que es Cristo quien hace la obra a través de uno.
El lineamiento de la acción de Dios continúa con la dependencia del poder de Dios. Pablo reconoce que la meta fue alcanzada porque Dios le respaldó con “potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios” (Romanos 15:19). Esto ilustra cual debe ser la primera tarea en la que hay que redoblar esfuerzo: buscar que Dios haga los milagros necesarios para cumplir el propósito divino. El error es hacerlo en nuestra fuerza y las consecuencias son frustración y agotamiento.
Lineamiento #3
La negación a los deseos individuales (Romanos 15:22)
Cuando propongo la negación de los deseos individuales como lineamiento, para que el esfuerzo permita alcanzar lo prometido por Dios, no me estoy refiriendo a una clase de ascetismo religioso, a negarnos a ser felices, a vivir en sufrimiento. Por el contrario, es hacer primar en nuestras vidas el propósito de Dios y la estrategia particular para cumplir con el propósito.
Estos dos sustantivos son muy importantes: propósito y estrategia. Dios tenía un propósito individual para Pablo, este es ser ministro a los gentiles (Romanos 15:16). Para que el apóstol cumpliera su propósito también tenía de Dios una estrategia: «Predicar el evangelio donde Cristo no hubiese sido nombrado» (Romanos 15:20). La estrategia de Dios era opuesta al deseo de Pablo de tener fruto entre los romanos (Romanos 1:13) ¿Qué hizo entonces el apóstol? Sencillamente se negó a su deseo. Aunque deseó ir a Roma no lo hizo porque eso no estaba en los planes de Dios.
Es aquí donde tenemos un gran problema, hacemos los que nos gusta o vemos como necesidad, pero poco nos interesa aquello que va en contra de nuestros deseos.
Aplicación:
- ¿Qué esfuerzo necesita hacer para ajustarse al propósito divino?
- ¿Qué milagros y señales necesitan su familia o comunidad? ¿Cómo se esforzará para buscar que Dios haga las señales y milagros?
- ¿Qué necesitas dejar o cambiar para conformarte a los deseos de Dios?