Indicadores de una respuesta correcta
1 Samuel 8
Dios habla de diferentes maneras. La manera más segura de escuchar su voz es a través de la Biblia, pero es claro que se puede escucharle de diferentes maneras. De manera quieta en un devocional, por medio de un mensaje predicado, un estudio bíblico, el consejo de un siervo de Dios e incluso de manera audible. Todos podemos escucharle. Y de ninguna manera podemos decir: “Dios no me habló”.
En 1 de Samuel 8 encontramos que Dios habla al pueblo de Israel a través del profeta Samuel. El pueblo quiere un rey que los gobierne para ser como las demás naciones y le pide a Samuel que les conceda uno. El profeta, luego de consultar con Dios, les trae una advertencia divina sobre lo inoportuno que es tener un rey. Pero el pueblo reacciona rechazando la voz de Dios y mantiene su petición.
El pueblo reacciona incorrectamente a la palabra recibida de parte de Dios. Prefieren tener un Rey aunque Dios les advierte sobre las consecuencias de tener uno. Esta reacción incorrecta revela dos verdades: 1). Tenemos la libertad de escoger entre seguir la dirección de Dios o no hacerlo, y 2). Si la reacción a la Palabra de Dios no es la correcta, las consecuencias son nuestra responsabilidad.
Es necesario, por tanto, analizar si nuestra reacción a la palabra que de Dios recibimos es la correcta. No quisiéramos enfrentar las consecuencias de la desobediencia. Del estudio del texto podemos encontrar algunos indicadores que comprueban una reacción correcta a la Palabra recibida de parte de Dios. Analicemos estos indicadores y comprobemos si la reacción a la palabra recibida de Dios es la correcta.
Indicador #1
Depender de Dios en la toma de decisiones (1 Samuel 8:6-8)
La función de Samuel era más un guía espiritual que un gobernante. Ciertamente, él les guío en las batallas, pero como profeta la estrategia principal para ganar las batallas era la búsqueda del favor divino por medio del arrepentimiento y santificación (1 Samuel 7:3-6). Esta es la razón por la cual quieren un Rey, desean enfrentar las batallas desde un punto de vista profesional, sin tener que depender de Dios, sin tener que vivir en santidad.
Si estamos reaccionando correctamente a la palabra de Dios se podrá comprobar por medio de actos concretos como la oración antes de tomar decisiones, la búsqueda de Dios a través del ayuno y la santificación. Algunas decisiones podrán parecer como perjudiciales, pero las tomaremos en obediencia a la Palabra de Dios.
Indicador #2
Reconocer las culpas. (1 Samuel 8:3-5)
Los ancianos, líderes del pueblo, fundamentan el pedido de un rey en la incapacidad de los hijos de Samuel para administrar justicia. Sin embargo, las causas de la institución de la monarquía fueron en realidad más complejas. Entre estas se destacan la incapacidad de los líderes de las tribus de unirse como Nación para enfrentar con mayor eficacia a los enemigos. Así también, los actos de corrupción de los que se les acusa a los hijos de Samuel, no serían posibles si el mismo pueblo no fuera corrupto. Es decir, ellos echaron la culpa sobre los hijos de Samuel, pero en realidad ellos eran culpables de ser incapaces de unirse y vencer la corrupción.
Esto deja claro que el que responde positivamente a la palabra recibida por Dios no pondrá excusa a sus errores, sino aceptará las culpas y sobre ellas iniciará un cambio para obedecer a Dios.
Indicador #3
Asumir responsabilidad hacia el futuro (1 Samuel 8:19-20)
Cuando dice: «seremos como las otras naciones» no se refiere directamente a la mundanalidad, sino a que tendría un rey que: 1). tome las decisiones por ellos, 2). que marche al frente y 3). que pelee las batallas. Este deseo revela la verdadera intención de los ancianos: escapar a sus responsabilidades.
Como ancianos ellos debían guiar al pueblo en las batallas por conquistar y repartir la tierra prometida (Josué 23:4-6), por tanto ir al frente en la batalla. Era responsabilidad de los ancianos conquistar la tierra para ellos y las futuras generaciones, pero no querían asumir el compromiso. Si tenían un rey ellos no irían a la batalla, ya que el Rey convocaría a los jóvenes como soldados.
Por el contrario, el que oye la palabra de Dios y reacciona correctamente asume las responsabilidades. Toma compromiso y edifica el Reino de Dios para él y las generaciones venideras.
Indicador #4
Preferir el esfuerzo que lleva a la superación. (1 Samuel 8:11-13)
La respuesta de Dios al pedido de un Rey es complacer al pueblo en su deseo, pero le pide a Samuel que advierta los fueros que tendrá el Rey. Los fueros están descriptos en los versos 11 al 13. Esta descripción no es una amenaza para hacerles tener miedo, por el contrario, es la práctica común de los reyes cananeos de aquel tiempo.
Es necesario entender lo que significaba aceptar un Rey con este tipo de autoridad. Los ancianos tendrían la parte más fácil pues serían consejeros, no irían a la guerra, pero esclavizarían a sus hijos, perderían sus bienes e impondrían un yugo sobre ellos. El rey sería en principio, un camino fácil para resolver el problema de la invasión de los filisteos, pero a la larga los esclavizaría del rey.
Estos que no escucharon la voz de Dios preferían el camino fácil que finalmente los dejaría en esclavitud. Perderían de esta manera el destino glorioso que Dios pensó para ellos solo porque requería un mayor esfuerzo.
Esto deja en claro que aquel que responde correctamente a la palabra de Dios prefiere el esfuerzo a lo fácil. Estudia, trabaja, ora, se proyecta, se esfuerza, se compromete con Dios, porque quiere experimentar ver el destino glorioso que Dios preparó para quienes lo obedecen.
Aplicación:
- ¿Qué cambios hizo en respuesta a la palabra de Dios?
- ¿Qué compromisos tomó en este tiempo con Dios y su obra?
- Relate el esfuerzo que está haciendo para alcanzar la Gloria de Dios para usted preparada.