Ovejas sin pastor
Mateo 9:35-10:1
En la utilización del seguro médico tuve la mala experiencia de encontrarme con médicos, que más se parecen a un despensero que a un profesional de la salud. En una oportunidad, en la que tenía un fuerte dolor de garganta, al llegar mi turno me senté frente al doctor, y este, sin despegar su vista de la computadora, me preguntó: -¿qué quiere? Y yo, mientras intentaba superar mi frustración, pensé responderle: – que por lo menos me mire, doctor.
El texto que nos ocupa trata sobre las enfermedades y dolencias de los habitantes de Galilea. Jesús recorre las aldeas y ciudades y da un diagnóstico preciso sobre la condición en la que se encuentran la población: “desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36). La condición del pueblo produce un dolor entrañable en Cristo, entonces entrega la receta para terminar con la angustia del pueblo, sus discípulos sanarían toda enfermedad, dolencia y liberarían a la sociedad de la opresión demoníaca.
Esta experiencia donde Jesús diagnostica la condición del pueblo, y les ofrece la respuesta a sus dolencias es una oportunidad para descubrir algunas razones por las cuales la iglesia debe hoy accionar a favor del prójimo. Consideremos estas razones
Razón # 1
La condición de la humanidad (Mateo 9:35-36)
El pasaje que estudiamos es un resumen del ministerio de Jesús en Galilea. Luego de recorrer las ciudades, Jesús empodera a sus discípulos para que vayan entre ellos. Es la condición en la que Jesús encuentra a los habitantes de Galilea la que le lleva empoderar a los apóstoles para sumarlos a la tarea de atender a las multitudes. ¿Cómo encontró Jesús a la humanidad? 1). Sin salvación, pues en las sinagogas no se predicaba el evangelio del reino (9:35), 2). Enfermos (9:35, 10:1), 3. Deprimidos (9:35, 10:1) 4). Oprimidos por el diablo (10:1) y, 5). Abandonados a su propia suerte (9:36).
Así como en los tiempos de Jesús, estos síntomas pueden notarse en la sociedad hoy y son razón suficiente para actuar a favor del prójimo.
Razón # 2
El poder concedido a la iglesia (Mateo 10:1)
Los problemas de la sociedad: enfermedad, depresión y opresión demoníaca, son reales. Pero así también, real es el poder que Cristo otorga a sus discípulos para ministrar a los sufrientes. Cuando Jesús recorre las aldeas y ciudades de Galilea entiende la crisis en la que se encuentra la gente y como respuesta a esa crisis empodera a sus discípulos y los envía con “autoridad sobre los espíritus impuros, para que los echaran fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”.
Esta misma autoridad permanece sobre la iglesia que, entendiendo la angustia que pesa sobre la sociedad, camina en medio de ella para ministrar liberación y sanidad de toda enfermedad y dolencia.
Razón # 3
La pasión de Jesús por la humanidad (Mateo 9:36)
Cuando Jesús ve a la sociedad en opresión espiritual, enferma y con dolencia experimenta una profunda compasión. Compasión significa un sentimiento en lo profundo del ser. Esta compasión es la razón por la cual empodera a sus discípulos y los comisiona a ministrar a los sufrientes. La compasión es la razón por la cual el Hijo de Dios se hizo hombre y murió en la cruz por salvar a la humanidad. La compasión hace que tome a los que están cerca de él y los envía como respuesta a la sociedad.
La compasión de Jesús por la humanidad pone en evidencia si estamos o no en cercanía con él. Al sentir un profundo dolor por la humanidad, Jesús envió a quienes estaban cerca de él para ministrar a los sufrientes. Así mismo hoy, quienes están cerca de él son movidos por la misma compasión y salen a ministrar a los sufrientes.
Aplicación:
- Comparta alguna dificultad que observa en su entorno.
- ¿Cómo puedes usar el poder que Cristo concedió a la iglesia?
- ¿A quiénes Jesús quiere enviarte para ministrar?