Venciendo al gigante
1 Samuel 17
Mientras el gigante desafía al ejército de Israel todos se atemorizan. Los israelitas están absortos en la grandeza del paladín filisteo, al punto de olvidar la grandeza del Dios de Israel. Una vez más las circunstancias hostiles roban la fe al pueblo de Dios y el temor se enseñorea de todos.
Sin embargo, David es diferente al resto del pueblo. Al llegar David al campamento y ver al paladín desafiar y menospreciar al ejercito de Dios se molesta. El joven pastor no puede aceptar que un pagano desafíe a los escuadrones de Jehová y nadie haga algo al respecto. A David no le preocupa el tamaño del enemigo que tiene enfrente, solo quiere terminar con él. En este relato encontramos dos pruebas superadas por parte del joven pastor David: En primer lugar, superar el impacto que produce la grandeza del enemigo y, segundo vencer al gigante.
Nosotros, ¿a quién nos asemejamos? ¿A los que se atemorizan ante el tamaño del enemigo o al que lo vence en el poder de Dios? Para pertenecer al grupo de los que vencen a los gigantes hay decisiones que se deben tomar al momento en que las dificultades se presenten. Veamos estas decisiones
Decisión #1
Asumir compromiso (1 Samuel 17:32)
David llegó al campamento del ejército de Israel con el encargo de ver el estado de sus hermanos, repartir provistas y procurar el favor del capitán sobre sus hermanos. Pero al llegar al campamento y ver al pueblo de Dios atemorizado por un pagano decidió asumir el compromiso de quitar al pueblo de esa condición. Es interesante que todos menospreciaron a David y le dijeron que él no podría enfrentar al gigante, sin embargo, el no permitiría que su pueblo siga en aquella condición, se arriesgaría por ellos
La decisión de asumir compromiso resultó en la derrota del gigante, el gozo del pueblo y más aún colocó a David en el camino al trono de Israel. Los que asumen compromisos reciben el favor de Dios.
Decisión #2
Hablar palabras de victoria (1 Samuel 17:43-47)
Cuando se enfrentan David y Goliat, como era costumbre antes del combate, cada uno da un discurso. En el caso de Goliat, el gigante, el discurso fueron palabras de menosprecio hacia David, conjeturas de como lo mataría y maldiciones en nombre de sus Dioses. A su turno, David proclamo palabras de victoria en el nombre de Jehová, no hay ninguna duda en las palabras de David, Jehová le entregaría al enemigo.
Las palabras de David son las que Dios quiere escuchar en la boca de su pueblo, cuando enfrenta situaciones difíciles. Hebreos 11: 1 dice que la fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” y Hebreos 11:5 dice que el que se acerca a Dios tiene que creer que Dios le premiará por buscarlo. A Dios le agrada la fe y recompensa al que deposita su confianza en él.
Decisión #3
Confiar en la preparación (1 Samuel 17:33-37)
Una vez resuelto que David enfrentaría a Goliat, el rey Saúl intenta que esté lo suficientemente protegido, por lo que le cede la armadura real. David rechaza tal protección porque no le era cómoda. Reconoce David que las pruebas pasadas, enfrentando a un oso o un león, fueron parte de la preparación para enfrentar al gigante. Dios ya le había concedido victoria antes y lo volvería a hacer, sin importar si tuviera una espada o piedra en la mano.
Aplicación:
- ¿Qué compromisos debes tomar para mejorar tu situación personal, de tu familia, la iglesia o tu comunidad?
- ¿Qué experiencias pasadas son útiles para enfrentar las dificultades presentes?
- Tomen tiempo para confesar la victoria que Dios traerá sobre las dificultades que están experimentando