Errores comunes de la Iglesia

Errores comunes de la Iglesia

(Primera Parte)

Apocalipsis 1:10-11 

 

Un tema sobre el que siempre estoy investigando es sobre el estancamiento y decrecimiento de las iglesias que en otro tiempo fueron de referencia o de impacto. Mi inquietud es: ¿Qué fue lo que produjo el estancamiento?

En un viaje que hice con algunos pastores que integramos la Comisión de Evangelismo Plantación de Iglesias e Iglecrecimiento salió el tema a relucir. Mis compañeros pastorean iglesias que están en franco crecimiento y les plantee el interrogante. Concluimos que se comenten diferentes errores en el desarrollo de la iglesia y a largo plazo esos errores pasan la factura.

A esta conclusión surge una nueva interrogante: ¿Acaso Dios no le habla a la iglesia para corregir los errores? Claro que les habla. El libro de Apocalipsis, en sus primeros capítulos es una muestra de ello. Allí Jesús confronta a las siete iglesias de Asia menor y las exhorta a corregir sus errores, de la respuesta que las iglesias dieran a Jesús dependerían si sobrevivirían en el tiempo y más aún donde pasarían la eternidad.

Así como las iglesias de Asia menor, nosotros también necesitamos recibir palabra de Dios para librarnos de los errores comunes que comete la iglesia de Cristo. Consideremos los errores comunes de las iglesias y permitamos que Jesús nos dé una palabra que corrija los nuestros.

 

Error #1

Confundir trabajo con amor (Apocalipsis 2:2-5)

La pérdida del primer amor es la falta por la que Jesús reprende a la iglesia en Éfeso. Esta iglesia es trabajadora y muy correcta en su doctrina. Aprendió a cuidarse de los falsos maestros. También a aborrecer lo que Jesús aborrecía. Sin embargo esta iglesia descuido lo más importante, el amor.

La reprensión a la iglesia en Éfeso es un llamado de atención muy fuerte. Concentrarse en el trabajo tiene poco valor si se apaga el amor. Se hace necesario analizar cuidadosamente si el amor es el motor de nuestras acciones.

Error # 2

Confundir prueba con derrota (Apocalipsis 2:9-10)

El presente de la iglesia en Esmirna es muy desalentador.  Sufrimiento, pobreza y calumnia son el pan de cada día. Pero, lo peor es que aún hay una prueba pendiente, Jesús les anticipó: “No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días”.  En verdad que la expectativa de una prueba aun mayor de la que se está pasando desanima a cualquier iglesia, pero la iglesia de Esmirna recibe de Dios una palabra que los fortalece, les dijo el Señor: “te daré la corona de la vida”.

Todos experimentaremos pruebas en esta vida. ¡Jesús nos advirtió que en el mundo tendremos aflicciones! Pero las pruebas no significan derrota, sino la preparación para una victoria que traerá plenitud a nuestra vida.

El problema es que muchos se quedan en la prueba y hacen tanto lamento que anticipan un fracaso. La diferencia entre los que abandonan la fe y los que perseveran en medio de las circunstancias difíciles está en la búsqueda de una palabra de Dios. Los que buscan una palabra de Dios reciben la fortaleza para perseverar hasta la victoria final.

 

Error # 3

Confundir paciencia con tolerancia (Apocalipsis 2:13-16)

La paciencia es una virtud, y la iglesia en Pérgamo tuvo la paciencia de soportar la persecución.  La paciencia es oportuna y necesaria cuando se trata de una acción externa, por ejemplo: la persecución, la calumnia o el menosprecio, pero es una tolerancia pecaminosa cuando se trata de un mal interno de la iglesia. En el caso de la Iglesia en Pérgamo hizo bien en tener paciencia a causa de la persecución pero mal en cuanto a una doctrina errónea que causaba tropiezo a los más débiles en la fe.

Cuando Jesús  reprende a la iglesia, primero señala sus virtudes: el trabajo, manifestarse fiel a Jesús en una ciudad muy peligrosa y perseverar a pesar del martirio de Antipas. Pero no obstante, dice Jesús, tengo unas cuantas cosas en tu contra. Y tomando ejemplo del antiguo testamento le recrimina la tolerancia hacia aquellas personas que con su forma de vivir debilitan la fe de los nuevos creyentes.

Debemos prestar atención a la voz de Dios y no querer “ser más buenos que él”. Lo que Dios dice que está mal, está mal.

Aplicación:

  1. ¿Qué tiempo dedica a la devoción a Dios?
  2. ¿Qué hará para transformar su prueba en victoria?
  3. ¿Con qué debe dejar de ser tolerante?

 

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